Pues ayer sin ir mas lejos, veníamos
- Yo es que me he asustado porque mami a gritado tanto...- Dijo Diego.
-A mi ma dado un tuto que pela.- Dijo Lucia.
¡¡¡Un susto que pela!!! Para los que lo sepan, Diego desde hace años utilza esa palabra "...que pela", pero la utiliza en un contexto equivocado. Claro el nos ha escuchado decir "Hace un frio que pela" y el lo interpreta como que hace mucho frio: Con lo cual el llego a la conclusion de que PELA se decia para decir mucho. Asi que siempre dice cosas como:
- Te voy a pegar una paliza que pela.
- Hoy he dormido mas que pela.
Así que Lucia de escucharle pues a cogido la misma forma de hablar. Y utiliza el pela para decir mucho o cantidad. Por eso dijo :"A mi madado un tuto que pela".
El curso ha comenzado y seguimos siendo como mínimo igual de felices que unos meses atrás. Con mucha tranquilidad, y es que tras nuestros veranos sin parar, empezamos a coger el gustillo a los otoños e inviernos, épocas de tranquilidad en casa. Diego en el cole, pues genial. Es sorprendente lo bien que lee el niño. Este año le han cambiado la profesora. La verdad es que no os podéis imaginar la importancia que tiene un la vida de tu hijo el que le cambien la profesora. Estan en la época de plantar las semillas de lo que van a ser de mayor y los encargados somos los padres y sus profesores, como una de las dos partes no funcione la silla cojea.
Las pasadas fiestas de Aranda, con la manía de dejar a los niños que hagan lo que quieran por que no se enfurruñe, o por la manía que tiene Lucia de sacarse todos sus peluches a tomar el vemouth con la familia, pues perdimos a Epi. El caso es que como ya sabemos la mayoría, Epi es el quinto miembro de la familia Martín Cilleruelo.
Es el peluche de Lucia, y os aseguro que no es un peluche mas. Pues el caso es que entre que vamos a un bar, que no esta Epi pero lo encontramos, que lo volvemos a perder y lo volvemos a encontrar, llega un momento en medio de la comida en el que nos damos cuenta de que Epi ya no estaba entre nosotros. Recorrimos los bares de la mañana, pero no dimos con el. Esta bastante claro que algún desaprensivo lo robo, pero no entremos en detalles que me pongo malo. Quedemos con el hecho de que se perdió a Epi. El disgusto que tenia Lucia era un mundo. Y el disgusto que nos transmitió a la familia fue de terremoto. Los primeros días estaba todo el día preguntando por el.
-Epi ¿ande esta?
-Se ha ido Lucia. Se ha ido al medico.
La primera semana todas las noche antes de dormir pedía su peluche favorito, con el que dormía todas las noches desde que recordaba, y casi todas desde que yo recordaba también. Pero el peluche no estaba. Medio sustituimos a Epi por otros peluches, pero ya no eran lo mismo para la niña. Al cabo de unas semanas parecía que la niña había aprendido a estar sin su osito, y en casa aunque con tristeza nos acomodamos a la situación. He de decir que durante las primeras semanas si que recorrimos las tiendas de Burgos y Aranda para encontral el peluche sin resultados. Encontrábamos osos parecidos, pero no iguales, y tenia claro que con lo que era Epi en esta casa no iba a intentar engañar a la niña con sucedáneos de Epi.
Pero la vida que es inexplicable en un noventa por ciento de las veces, y casi dos meses después los padres de Ester nos trajeron unas fotos de cuando estuvimos en Argoños en verano. Pues bien, en una de las fotos en las que estamos todos por las escaleras, en un rinconcito, se le veía una pata a un peluche con un peto azul. Por supuesto que era Epi, pero ninguno vimos esa pata en la foto. Ninguno no, porque Lucia en cuanto cogió la foto para verla, se puso a dar botes de alegría y a gritar como una loca.
-EPI, EPI,...
Gritaba como una loca, y de verdad que desbordaba alegría por las orejas por haber visto en la foto a su preciado osito de peluche. Pero es que la cosa no acaba con eso.
-Epi te quero mucho. - Le decía a la foto mientras la daba besos y la abrazaba.
Tanto a Ester como a mi se nos cayó el alma a los pies, así que recupere la misión de encontrar un Epi para mi hija sea como sea. Y ¿donde se encuentra todo hoy en día? Pues aquí mismo, en Internet. Os puedo asegurar que ni mire el precio. Una tienda de Barcelona me lo daba en dos días, y así fue. Menuda alegría para todos y en especial para Lucia cuando nos devolvieron a Epi a casa.
Pero como antes decía la vida es inexplicable, y estas navidades todos los centros comerciales y tiendas de juguetes han traído a sus escaparates a Epi para venderlo. Yo me consuelo pensando, que gracias a nuestra compra en Barcelona Epi a subido su valor en el mundo de la jugueteria.