domingo, 6 de abril de 2008

EL PEQUEÑO DIABLO RUMANO

No es que Lucia sea mas bicho que la abeja maya, lo que pasa, es que es mas difícil cogerla la medida a esta niña que a Gasol. Un biberón lo deja a la mitad, y el siguiente se toma mas de lo que la hacemos. Ahora me tumbas en la cuna y lloro, pero ahora estoy mas agustito aquí en la cuna que todo. Por las noches el biberón de las diez la debe de dar ardores, y me refiero a ardores literales, porque es una epopeya de biberón. A eso de las nueve, la bañamos, masajeamos, quitamos mocos,... y para cuando sale del baño, el ambiente de la habitación ya es totalmente relajante. Luz tenue, sin ruidos, con el sonido del humidificador tranquilizante. Y todo para tomarse el biberón, que en inmediato llega. Pues la coloco el biberón, el cual coge con muchas ganas, pero a los diez segundos, le suelta corriendo y llorando como si quemase. El biberón ni quema ni na, pero ella llora. Espero un poco, y otra vez biberón, e igualmente a los diez segundos a llorar. Realizo todo tipo de medidas anti-problemas-de-bebe. Es decir, masajes suaves en la tripita, golpecitos en la espalda, hablar y cantar suave al oido, mover brazos y piernas al compás, acunar desde un ritmo muy suave a otro vertiginoso ( el ritmo del acunamiento suele ir aumentando según pasa el tiempo de lloro y con ello el desquiciamiento de los padres),... pues eso, mas de mil maneras de tranquilizar a Lucia, o como dice Sabina en una canción, "Mas de mil maneras para no cortarse de un tajo las venas", pero nada con esta niña debe ser mas efectivo lo de cortarse las venas. Pero como yo siempre he sido de tenerlas largas, pues sigo insistiendo con mis medidas: masajes, movimientos, cantos indios y demás. Al cabo de una hora la niña de repente cambia la actitud, y coge el biberón con ganas y ya no lo suelta. ¿Que como se entre tanto strees que es una hora? Pues porque yo cuando, estoy dando los biberones me pongo una peli en el ordenador, y la tercera de Piratas del Caribe me dio justo para dos días, y dura dos horas y poco. Pues eso, que tras una hora hay la tengo, chupando como recién iniciado el biberón. Y cuando la quedan unos cincuenta de los ciento veinte iniciales, va y se queda dormida. Pues ala, a la cuna maja.

La verdad es que es una barbaridad, lo que puede cambiar la princesita semana a semana. Este fin de semana, que vinieron todos los abuelos, todos ellos decían que estaba muy cambiada de una semana atrás y es cierto, lo hablamos luego Ester y yo y nos dimos cuenta , que sobre todo es mucho mas larga sin habernos dado cuenta.

Ester ha empezado a volver a ser mujer otra vez. Ya me entendéis, eso que pasa a las mujeres que solo pasa a las mujeres, y que si te pasa es que ya eres una mujer. Pues ala otra vez. Y por lo que dice con fuerza. Yo no entiendo al que creo el cuerpo de la mujer, si no podía haberlo inventado de otra manera. Y como se lo explicas una vez echa lo que la va a pasar:

"Vas a sangrar como un cochinillo todos los meses mas o menos. Y si eres mala, sangraras cuando a mi me de la gana. La única forma de que no sangres es que procrees nuevos hombre, que expandan la palabra por el mundo."

Hace tiempo escuche decir a alguien, que no el nunca se fiaba de las mujeres, por que algo que se tira sangrando durante tres días y luego sigue vivo, seguro que tiene un pacto con el diablo. Y hombre un pacto con el diablo no se, pero que estas cosas te hacen pensar ya te digo yo. Je, je, je...

Y mi campeón, pues sigue como un campeón. Diego es el niño que mas quiere a su hermana del mundo, y es que es pa´ verlo. Besos, carantoñas, caricias,... luego crecerá y no la hará ni caso, pero de momento si. El otro día se la puse un rato encima y el estaba mas contento que todo con su hermanita. La que no estaba tan contenta, era Ester, que justo entre en el comedor, y cuando vio la escena empezó a decir que si era un inconsciente. Y todo por intentar fomentar la relación entre hermanos.

Nos estamos dando cuanta, que Diego es muy sociable con los niños, pero que en cuanto hay problemas se acobarda y retrae mucho. Nos han pasado dos cosillas estos días que lo demuestran. Estando en un bar dando de merendar a Lucia, estaba el jugando por allí, cuando llego un niño de su edad, pero bastante mas pequeño que el en tamaño. Uno de estos niños, que cuando juegan, siempre están empujando y golpeando, que cuando le ves que te lo hace al tuyo te dan ganas de hacérselo tu a su padre. Pues el niño le dio un golpe a Diego, no muy fuerte, pero lo suficiente para que a Diego le sonasen las alarmas. Y a partir de ese momento, cada vez que el niño se ponía violento, Diego venia corriendo donde estábamos nosotros y se echaba a reír:

-¿Que te pasa Diego?
-Tengo miedo del niño.- ¡¡¡¡¡ME CAGO EN TODO!!! Pero bueno, como va a tener miedo de ese canijo. Cuando escuchamos eso, tanto a Ester como a mi se nos revolvieron las tripas. Pisale y aplastale pero no me digas que tienes miedo. No te dejes intimidar.
-Tengo miedo del niño.

Y luego cuando le preguntas que tiene que hacer cuando alguien le pega, te dice con cara de burro.
-Pegar un puño en la cara fuerte fuerte.
Pero me da a mi, que este pequeño gañán va a pegar menos todavía que su padre. Yo era un cagón, cuando yo tenia problemas era mi hermana la que tenia que ir a defender mi integridad, y ya claro, pues por obligacion me metía yo. Que si no yo me callaba y tan tranquilo a llorar a casa.

Y la segunda fue en la plaza del barrio el sábado. Estaba el con su autobús mas feliz que un ocho. Cuando llego el niño rumano. Y no digo rumano de forma despectiva, pero es que antes iba a la misma guardería de Diego, pues tienen la misma edad y desde el principio como sabes como se llaman los niños, pero si sabia que su padre era rumano, pues se quedo con esa clasificacion. Por cierto el niño rumano, es de la edad de Diego, pero es una mala bestia, que ocupa casi el doble que nuestro campeón. Entre lo grande que es y la cara de asesino que tiene da miedo. Cuando le tienes a lo lejos y de repente ve que en tus manos tienes algo que le gusta, viene corriendo hacia ti, valanceandose de lado a lado, echando babilla por la boca, que te aseguro que a pesar de tener casi treinta años, apunto estoy de levantarme y salir corriendo en otra dirección. Pues al susodicho se le antojo el autobús de Diego. Y aquí si nuestro campeón, no cedió ni media, y aguanto con el autobús en sus manos todos los embistes del pequeño morlaco. Pero ya solo con la primera tentativa del cabestro de quitarle el autobús, ya teníamos a Diego llorando como si el hubieran mordido en la oreja. Por cierto, que lo he dicho por casualidad, pero si que es cierto, que el niño rumana, se parece mucho a Mike Tyson. Y el padre imaginatelo como es. Dos metros de alto y mas de ciento diez kilos de carne y huesos. Yo creo que es el único niño que si se pegase con Diego, no iría a decirle nada a su padre. De todas formas visto lo visto, he apuntado a Diego a clases de boxeo para que poco a poco sepa donde golpear sin dejar marcas. A ver si así se va soltanto.

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