Cada uno lo llevamos como podemos. Yo aquí estoy currando un poco, y la verdad con muchas ganas de que volviésemos a la normalidad. Ester pues a medio gas, eso de que no te hagan las cosas como en Aranda no lo lleva del todo bien.
Diego ni siquiera a intentado levantarse para ir a a la guardería, y es que nos va a costar Dios y ayuda esta semana, para que le pequeño grumete se de cuenta de que ya se han acabado las fiestas y volvemos a la rutina. De echo anoche cuando llegaba la hora de dormir pedía la trompeta para tocar.
Los nueve días de fiestas han sido geniales, lo hemos disfrutado muchisimo tanto entre nosotros como con nuestras familias y amigos. Pero sin duda el que mejor se lo ha pasado ha sido Diego:
Tocando la trompeta al lado del tío Eduardo, que le imitaba hasta cuando limpiaba la boquilla, o en el entierro de la sardina con el Riberin en el carro y con la tirada de la caja al rió. Muchos momentos que en días sucesivos explicare un poco mas.
Por lo demás todo bien. Ester parece que poco a poco se va encontrando mejor con el nuevo ser que lleva dentro, y eso hace que en casa este todo mejor. Eso si, entrar en casa y ver que de nuevo toca planchar y lavar,.... Bufffff
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