viernes, 23 de noviembre de 2007

HABIA UNA VEZ...

Esta claro que no todos los días son bonitos a pesar de que llueva. Y cuando ya llevan los angelitos varios días haciendo sus deposiciones liquidas sobre nuestras cabezas, pues nos empieza a entrar el mal humor y claro pues la ira incontenida, la furia desbocada y la rabia descontrolada nos asalta y por eso las parejas discutimos. Pero un consejo os doy, en épocas así os culpéis entre vosotros pues es el tiempo el que provoca vuestros enfados. Lo único que podéis conseguir como hagas responsable a tu pareja es que no te recoja la ropa después de planchar, la cena este fría, y no te hable la persona a la que quieres durante unos días.

Lucia crece a pasos agigantados, y la verdad es que cada día tengo mas ganas de que llegue la princesa. Que llegue para volver a no dormir durante unos meses, para no salir de casa ni poder hacer planes con nadie, para que Diego tenga celos y se vuelva mas burro si cabe para llamar la atención, para que como no tendremos tiempo para nosotros por nuestras obligaciones nos enfadaremos Ester y yo por no tener tiempo para nosotros. Hombre si lo piensas un poco, a lo mejor no esta tan mal que falten aun tres meses para que llegue. No, hablando en serio, tengo muchas ganas de que venga y poder tenerla entre mis brazos ya. Y así Ester con uno y yo con otro y no discutimos y estamos entretenidos.

Fijaros que curioso, y con ellos lo importante que es lo que los enanos de la casa visualizan durante el día: Diego, os puedo asegurar, que durante el día, lo que ve son dibujos animados, alguna película sin mucha acción, mucha música de todo tipo, y todo el día jugando. Pues bien, por la noche cuando se va a dormir, lleva una semana con pesadillas. Bueno, que sepáis que cuando el niño es menor de cinco año, no se llaman pesadillas se llaman terrores nocturnos. Bueno, pues eso, que tiene pesadillas. Y te levantas cinco o seis veces en la noche con sus gritos de sereno, y cuando llegas esta todo alterado. Le intentas consolar y a todo te dice "NO", y se puede tirar con el "NO" cinco o seis minutos. Claro, no le puedes gritar, porque suficiente tiene el ya con sus sueños, pero como es un enano pues no entra en razón. Así que pasas media noche, preocupado y desvelado. Creo que la mejor forma de tratar el tema es con solidez,... os explico. Tras estos días de experiencia, todas las veces que llegábamos a la habitación con esa posición de ayudarle, de pobrecito niño, de grita lo que quieras cariño, pues el enano no recuperaba la tranquilidad. En cambio las dos veces que llegue a la habitación y sin decirle nada le cogí le di dos besos y metí en la cama y le dije con tono tranquilo pero no compasivo que se tranquilizase, el niño se tranquilizaba. Puede ser casualidad. Seguiremos haciendo pruebas este mes.

El miércoles fuimos al circo. La primera vez que el gordito va al circo. Se tiro todo el día diciendo que en circo había jirafas y patos. Llegamos y el niño asombrado de tantas luces y colores. Además, el espectáculo empezó con una presentación de los animales que tenían, y eso a Diego le volvió loco: Avestruces, caballos, ponis, serpientes, llamas,... pero no había ni jirafas ni patos. Si que le dolió un poco, pero cuando se entero que había leones se le paso. El espectáculo duro dos horas, y la que peor lo paso fue Ester. Nuestros sitios eran unas gradas de campus de deporte y Ester y Lucia no estaban cómodas. Así que en el descanso pedimos cambiarnos a unos asientos mas cómodos, y así la segunda parte estuvieron las dos mejor. Ellas dos y el enano, puesto que en el nuevo sitio tenia sitio para poder bailar. De todo el espectáculo lo que mas le gusto a Diego fueron los cocodrilos y los leones. De echo uno de los leones pego un rugido y ya se tiro este toda la tarde rugiendo, aunque mas que un león parecía un gatillo. A Ester y a mi nos gusto mucho el payaso, que era también el domador, pero era mucho mejor payaso que domador. También hay que decir que a Diego le llamo mucho la atención los equilisbritas. Llego el numero de los equilibristas y se subieron en lo alto de la carpa.

- Papi.- Me dice agarrándome el carrillo y sobresaltado.

-¿Que pasa Diego?

-Papi, el chaval va a caer

-No te preocupes Diego que no se cae.

Y de repente grita:

-CHAVAL,,,,, VA A CAER.

Afortunadamente, no se cayó.

El resto de los días, como ya ha empezado en Burgos el frio del polo norte, y anocheciendo a las seis de la tarde, pues en casita jugando. Sobre todo jugando al tren, que yo no se que tiene, pero a Diego le encanta. A ver si aprende ya a montarlo el solito, y no tengo que jugar yo todos los días. Además, que me tiro un rato montándole las vías, y la estación, sobre todo las estación que hasta que consigues montarla del todo te dan las uvas, resulta que el se dedica a que el tren vaya por todos los sitios menos por las vías.



Por otro lado seguimos pegandonos con lo de las cacas y el pis en el baño. Si que avanzamos, pero no tan rápido como quisieramos.... Pero esa es otra historia.

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